martes, 11 de septiembre de 2012

La Arrogancia




La arrogancia deja entrever la necesidad de cubrir carencias en otras áreas

Existe la tendencia a confundir humildad con pobreza o bien relacionar que una persona humilde debe ser una persona de escasos recursos. La humildad no es un estado sino una característica humana en la cual se refleja la inexistencia de arrogancia.

Es sinónimo de modestia. Una persona humilde es aquella que no se jacta de ser mejor que otra aunque así lo fuera, no lo celebra a los cuatro vientos. Reconoce perfectamente sus áreas débiles y fortalezas pero mantiene un balance que le permite saber que sus capacidades no dictan una actitud altiva, prepotente o petulante.

Respecto al párrafo inicial, en el cual me refería a la errada asociación entre la humildad y la pobreza quisiera ejemplificar dicho planteamiento. Existen personas que son de condición humilde no por que no tengan dinero sino por que mantienen en su justa dimensión, lo que son, lo que pueden hacer, lo que poseen y lo que saben.

En una ocasión conocí a una persona la cual se encontraba desempleada y con dificultades económicas pero a menudo se jactaba de que era muy preparado académicamente, capaz de realizar cualquier tarea que le asignaran y que tenía mucho dinero ahorrado. Esto era nada más un mecanismo de defensa, un escudo de ilusión para cubrir sus verdaderas carencias, pues la realidad dictaba una fila de deudas y problemas de autoestima.

La humildad abre puertas, es la llave de las relaciones interpersonales. Permite que las personas se sientan a gusto, sin ningún tipo de acción que pretenda desvalorizarlas. Mientras que la arrogancia genera el efecto contrario, el alejamiento, separación e incomodidad.

Existen casos en que la soberbia se muestra por las posesiones: una casa, una auto, una portátil, un gadget de última generación, etc. Es necesario aclarar que ningún tipo de pertenencia provee "status", sino es la actitud de valorar a las personas por lo que son, la que genera respeto. También ocurre con la apariencias física, no faltan los casos de personas que humillan a los demás por sentirse más atractivos y de mejor semblante.

Es un hecho, la humildad es una característica que debe ser inculcada y llevada a la praxis. No es sencillo mostrarse humilde, pues existe el estereotipo de que la humildad es sinónimo de vulnerabilidad. Sabemos que no es así pero aún no la practicamos.

Si a diario proponemos vivir menos para nosotros y más para los demás estaremos en la capacidad de entender que las pertenencias, capacidades y apariencia física no dictan el valor de una persona.

"El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad" Ernest Hemingway

¿Qué necesita un gusano (oruga) para poder volar? Durante una conferencia, y queriendo analizar el sentido de autocrítica de un selecto grupo de profesionales de la Salud Ocupacional donde algunos denotaban, por sus gestos un sentimiento de superioridad, el expositor, filosofando, preguntó:

-¿QUE NECESITA UN GUSANO (ORUGA) PARA PODER VOLAR ?-


ALAS ! … (contestó uno).

Deseos de transformación…-replicó otro-.

Que la pupa se transforme en crisálida por medio de esa

metamorfosis que se lleva a cabo en el capullo

cuando...-analizaba alguien más científicamente queriendo

demostrar sabiduría-.

La respuesta que espero es más sencilla y más profunda- cortó el filósofo-.

La audiencia se intranquilizaba por no satisfacer la

respuesta que se pedía e instaron al expositor que respondiera 

a la pregunta que planteara.

La respuesta es muy sencilla _contestó el expositor-

Lo primero que necesita un gusano para poder volar es:

SENTIRSE GUSANO !...

...para así...poder convertirse un día en mariposa.

Empero, nuestro mundo está lleno de gusanos que sintiendo tener alas sienten que van volando cuando en realidad se están arrastrando. Esto -continuó- es en la vida una realidad y una enseñanza,ya que lo ideal en un ser humano es que cada día que amanece se sienta el ser más ignorante de la Tierra para que nazca en él, el impulso diario del estudio, y así saber más, y cada día, en esta creencia, ser mejor para alcanzar esa altura de conocimientos que por ser infinita, siempre, al día siguiente, nos hará sentir pequeños en el saber.

Este ejercicio de autocrítica es una llave para que cada día nos impulse a estudiar y nunca sentirnos más que otros.Es un ejercicio mental que nos hace crecer sin competir, por el simple deseo de ser mejor para servir mejor a nuestros semejantes.

La humildad no es algo que deba mostrarse, sino algo que deba sentirse plenamente en nuestro interior.

Solo así… creceremos sin sentirnos superiores y la humildad

será cierta en nuestro ser.

Carlos Espejo Guasco