miércoles, 19 de agosto de 2009

Apariciones de la Virgen en Fátima - Portugal



En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130 kilómetros al norte de Lisboa, casi en el centro de Portugal. Hoy Fátima es famosa en todo el mundo y su santuario lo visitan innumerables devotos. Allí, la Virgen se manifestó a niños de corta edad: Lucía, de diez años, Francisco, su primo, de nueve años, un jovencito tranquilo y reflexivo, y Jacinta, hermana menor de Francisco, muy vivaz y afectuosa. Tres niños campesinos muy normales, que no sabían ni leer ni escribir, acostumbrados a llevar a pastar a las ovejas todos los días. Niños buenos, equilibrados, serenos, valientes, con familias atentas y premurosas.Los tres habían recibido en casa una primera instrucción religiosa, pero sólo Lucía había hecho ya la primera comunión.Las apariciones estuvieron precedidas por un "preludio angélico": un episodio amable, ciertamente destinado a preparar a los pequeños para lo que vendría.
En preparación para las apariciones de Nuestra Señora, un ángel quien se identificó como el Ángel de Portugal, le habló en primer lugar a los niños diciéndoles: "No teman. Yo soy el ángel de la Paz. Recen conmigo".
Luego el se arrodilló, doblándose hasta tocar el suelo con su frente y rezó: "Dios mío, yo creo, yo adoro y yo te amo!, te pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no confían y no te aman!" El dijo esta oración tres veces. Cuando se paró, le dijo a los niños "Recen así. Los corazones de Jesús y María están atento a la voz de sus suplicaciones" El dejó los niños quienes empezaron a decir esta oración frecuentemente.
Las apariciones del Ángel de Portugal (1916)
En la Portugal rural del 1917 no es inusual el ver a los niños llevando a sus rebaños a pastorear. Esto es lo que los niños de la familia Marto y Santos, todos primos, hacían en estos días. Casi siempre eran Lucía Santos, Francisco Marto y su hermana Jacinta, los que con gusto tomaban esta responsabilidad agradecidos por el chance de estar al aire libre y de jugar mientras las ovejas pastoreaban en silencio. Ellos llevaban a pequeños grupos de ovejas a pastorear en parcelas pertenecientes a sus padres en diferentes partes de la sierra, el altiplano en el que se encontraba el pueblito de Fátima (donde la Iglesia parroquial se encontraba) y Aljustrel (donde vivían los niños). Dos miradores favoritos eran las colinas que miraban a Aljustrel, cerca de un campo llamado Loca do Cabeco (Lugar de la Cabeza) y la Cova da Iria (Enseñada de Irene) a un distancia de Fátima. En estos lugares ocurrieron las apariciones que cambiarían el curso de la vida de estos niños y de la historia del siglo 20.

Los secretos como los reveló la hermana Lucía en 1942 fueron:
Una visión de la realidad del infierno, acompañada por este mensaje de Nuestra Señora:
1) "Ustedes han visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarles, Dios desea establecer en el mundo devoción a mi Inmaculado Corazón."
2) "La Primera Guerra mundial terminara pronto. Sin embargo, si la humanidad no deja de ofender a Dios, otra guerra peor surgirá en el Reino del Papa Pío XI. Cuando ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que éste es el gran signo que Dios les da, porque el va a castigar el mundo por sus crímenes a través de las guerras, el hambre, la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a my Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados.Si mi petición es acatada, Rusia se convertirá, y habrá paz. Si no, Rusia transmitirá sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y la persecución de la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; en el final mi Inmaculado Corazón triunfará. El santo Padre consagrara Rusia a mi la cual se convertirá, y algún tiempo de paz se le dará al mundo."
3) El tercer secreto fue revelado solamente a los papas después de 1960. Se creía que contenía predicciones apocalípticas y causó mucho interés a todos los fieles de Fátima.
El día trece de Mayo del 2000, el día de la canonización de los dos pastorcitos Jacinta y Francisco, el Cardenal Angelo Sodano reveló con autorización del Santo Padre Juan Pablo II que el secreto estaba relacionado con la visión de un atento de asesinato a un Obispo vestido de blanco quien reza por todos los fieles, quien también fue recientemente confirmado por la Hermana Lucia, como el Santo Padre. Mientras el se acerca con grandes esfuerzos hacia la cruz, en medio de cadáveres de aquellos que murieron mártires (Obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosas y también muchas personas seglares), el también cae al suelo, aparentemente muerto por causa de un disparo.
Después del atentado de asesinato del 13 de Mayo de 1981, le pareció muy evidente a su Santidad el Papa Juan Pablo II que fue “la mano maternal de la Virgen María la que guío la dirección de la bala”, permitiendo sobreviviera este atentado contra su vida.
El mensaje de Fátima confirma el amor maternal y el interés de nuestra Madre Celestial, quien desea la salvación de todos sus hijos. “La insistente invitación de María Santísima a la penitencia no es nada mas que su preocupación maternal por el destino de la familia humana, en necesidad de conversión y perdón” (Papa Juan Pablo II, Mensaje para 1997, Día Mundial de los enfermos).
Tenemos que propagar el mensaje de Fátima, que nos llama a rezar el Rosario y a enmendar nuestras vidas. A menos que nos arrepintamos, todos pereceremos (Juan 2:5) .



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