miércoles, 18 de marzo de 2015

El dinero es buen sirviente, ¡pero un mal amo!

El peligro no está en poseer dinero sino en que el dinero te posea a ti. La idolatría del dinero siembra la separación. Hoy vivimos en una sociedad donde el dinero es todo y se pone por encima de todo. Ante el dinero nos hincamos de rodillas, hasta se dice que ante el dinero hasta el más santo se corrompe. Ante el dinero y el afán de tener la palabra “valores” no tiene sentido. El refrán popular sigue estando vigente entre nosotros: “Tanto tienes, tanto vales.” Una realidad es que necesitamos el dinero, pero es también verdad que es un buen sirviente, pero un mal amo. Jesús nos dice: "No podéis servir a Dios y al dinero” (Mateo 6,24). Debemos de aceptar la invitación de Jesús a que sigamos siendo fieles, como Él fue, a Dios y a los hombres. Seguir al Dios de Jesús es decirle no a los ídolos, sean los que sean. Seguir el camino de Jesús es seguir un camino distinto por el que camina el dinero: “Nadie puede servir a dos señores…No podéis servir a Dios y al Dinero” (Mateo 6,24). Dios y dinero van por caminos distintos: Dios pone como valor supremo la vida (Mateo 6,25); Jesús se ha hecho uno de nosotros para que tengamos vida: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10,10) Sin embargo el dinero se pone como valor supremo y el que lo ama nunca tendrá suficiente (Eclesiastés 5,9); él pone todo a su propio servicio. Ante el dinero nada tiene valor. Ni Dios, ni la persona humana y cree que todo lo puede comprar, hasta la misma dignidad del ser humano. Sin embargo Dios nos ofrece su palabra como camino que nos conduce a la verdadera vida, a la construcción de su Reinado y la justicia (Mateo 6,33) Dios unifica a los hombres en el amor (Santiago 2,8) La idolatría del dinero siembra la separación y crea distancias entre unos y otros (Santiago 2,3-4), y aquel bajó su influencia sólo piensa en sí mismo y en acaparar sin importarle para nada el hermano más necesitado (Isaías 5,8). En cambio Dios pone la grandeza de la persona humana en la sencillez y el servicio a los demás (Marcos 9,35). El dinero reduce nuestra ilusión a sólo comer y beber y tener más (Lucas 12,34) Dios y dinero van por líneas paralelas que nunca se encuentran. Las metas del uno y del otro son totalmente distintas. El peligro no está en poseer dinero sino en que el dinero te posea a ti. El ahoga la palabra de Dios, como nos dice el mismo Jesús: “La seducción de las riquezas ahogan la palabra, y queda sin fruto” (Mateo 13,22) Dios nos anima al riesgo por todo aquello que merece la pena luchar, los valores del Reino (Mateo 6,33) Ahora bien, sí bien es cierto que el dinero es necesario; nunca debe rivalizar con Dios, ni con el ser humano. El dinero atesorado e insensible y mal habido nunca será bendición, el dinero compartido al contrario da riqueza, felicidad y bendición. Que Dios te bendiga e ilumine sobre el buen uso de tu dinero -

Autor: Padre Oscar Moser PildorasdeFe.net 
http://www.pildorasdefe.net/post/reflexiones/IHS.php?id2=dinero-finanzas-sirviente-mal-amo

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