
En la vida espiritual es preciso practicar las virtudes teologales. Son ellas las que realizan la unión íntima entre la criatura y el Creador. Por eso San Pablo quiere que tengamos activa nuestra fe, haciendo frecuentes actos de fe en Dios y en todo lo que Él nos ha revelado tal como lo presenta la Iglesia de Jesús.
Además vivir en un esfuerzo continuo por amar. La gran virtud que nos une con Dios y con los hermanos y que es el primero de todos los mandamientos.
Y en tercer lugar nos pide el apóstol una esperanza que soporte todo por Jesucristo que ha de ser siempre nuestro verdadero y único Señor.
Esta es una triple actitud que el apóstol San Pablo alaba en la vida de los tesalonicenses.
¿Podría alabarte hoy a ti porque vives también esta intimidad con Dios?
* Un grupo de fariseos y herodianos ponen una pregunta capciosa a Jesucristo.
- “¿Es lícito pagar el tributo al César o no?”
Me imagino que Santo Tomás, al definir la justicia, debió tener presente la respuesta que Jesús dio a estos hombres astutos: “a cada uno hay que darle lo suyo”.
El Señor pide una moneda y pregunta ¿de quién es este rostro y esta inscripción?
Cuando le contestan que es del César, Él dice:
“Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Seguramente que aquellos hombres quedaron desconcertados. No esperaban ni mucho menos una respuesta así y con ella una lección de moral.
La sociedad tiene sus derechos y sus jefes deber ser respetados.
Pero Dios también.
Hay que cumplir las leyes humanas y las leyes divinas.
Claro que con una condición: cuando las leyes humanas van en contra de la ley divina no se pueden obedecer. Precisamente de ahí surgieron tantos mártires a través de los siglos.
Recordamos cómo el emperador se arrogaba derechos divinos pidiendo que el pueblo lo adorara. Eso va contra el primero de los mandamientos y no se puede obedecer.
Hoy, por ejemplo, la ley del aborto va contra el quinto mandamiento y no se puede obedecer.
* Entonces como hoy, hay gente astuta dispuesta a comprometer a los sencillos hablándoles con adulaciones, alabanzas y con palabras bonitas y falsas. Uno se siente halagado y cae en la trampa quedando predispuesto para dar un sí a cualquier cosa que esa “gente amable” les proponga.
El Evangelio de hoy nos enseña a ser despiertos y valientes. Despiertos para no caer en el engaño y valientes para no temer que se burlen o nos rechacen cuando sabemos que estamos en la verdad.
* Otra enseñanza de San Pablo: hay que proclamar el Evangelio sin la palabrería que se lleva el viento. Es preciso proclamarlo bajo el impulsado del Espíritu Santo y al mismo tiempo con una convicción profunda.
Sabemos bien que a nadie convencen las palabras vacías. En cambio la vivencia y el ejemplo arrastran a todos.
* Siempre y en todas partes debemos tener presente que Dios es el único Señor y que no hay otro ni en el cielo ni en la tierra.
Hablando a Ciro, que es presentado en la Biblia como un ungido del Señor aunque no pertenece al pueblo de Israel, el Señor le dice: “te llamé por tu nombre y te di un título, aunque no me conocías”.
Este rey que debió ser muy recto y amado del Señor dio la libertad al pueblo de Israel desterrado.
Por dos veces en el libro de Isaías se le dice: “Yo soy el Señor y no hay otro. Fuera de mí no hay Dios… Te pongo la insignia aunque no me conoces para que sepan de oriente a occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay otro”.
* A este Señor es al que tenemos que tener presente toda nuestra vida como a nuestro único Dios. Él merece toda alabanza, según repite el salmo 95:
“Cantad al Señor un cántico nuevo. Cantad al Señor toda la tierra. Contad a los pueblos su gloria… Porque es grande el Señor y muy digno de alabanza. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado… decid a los pueblos: el Señor es rey, Él gobierna a los pueblos rectamente”.
* Finalmente, no debemos olvidar que, a semejanza de los filipenses, cada uno de nosotros debemos vivir como “lumbreras en el mundo” para que, por medio de nosotros, los hombres lleguen a Dios.
+José Ignacio Alemany Grau, obispo
http://periodismocatolico.com/2011/10/21/yo-soy-el-senor-y-no-hay-otro/


Una forma específica de imprudencia es la que se funda en la separación, en la ruptura entre valoración prudencial y orientación histórico-salvlfica del vivir (cf J. RIVIÉRE, Sur te devoir d'imprévoyance). No son los pecadores, sino los prudentes los que están expuestos al desafío del escándalo de la cruz (Gál 5,1 I). La resistencia a las provocaciones del misterio determina las reducciones de horizonte que aprisionan en la lógica férrea de lo penúltimo y embotan la sensibilidad respecto a la promesa: la realidad que funda la, confianza y el contexto de las decisiones magníficas y magnánimas que hacen bello y honesto el vivir (cf D. BONHÓFFER, Ética, 22ss).

Un dato de experiencia. No todas las personas que ejercen funciones en la vida social son valorizadas y honradas por quienes disfrutan de sus servicios. Algo similar ocurre con algunas importantes categorías que expresan las funciones primarias de la vida moral. Así, por ejemplo, en muchos ambientes se comprueba una notable repugnancia cuando se trata sobre todo de aplicarse a sí mismo el adjetivo prudente, o cuando uno se propone ejercitarse en la virtud de la prudencia.
Los análisis precedentes facilitan la comprensión del dato de la tradición teológica de inspiración tomista, según el cual la prudencia es virtud unitaria y compleja; participa contemporáneamente de las prerrogativas de las virtudes intelectuales (como la inteligencia, la ciencia, la sabiduría y el arte) y de las morales. Es virtud intelectual porque perfecciona la actividad de la razón; es virtud de la razón práctica porque cualifica a la razón en su valencia específica de facultad ordenada a la praxis, es decir, de la facultad que valora la realidad a la luz del bien que hay que realizar en relación con el fin al que hay que orientarse.
La prudencia se ve comprometida no sólo por la insensatez inconcluyente y ociosa, sino también por toda una serie distinta de actitudes no menos deletéreas, debido a que a menudo tienden a confundirse con expresiones auténticas del obrar. Las falsificaciones (en pintura, en escultura, etcétera) no dejan de ser tales aunque estén realizadas con maestría. Los términos que connotan este contexto, en el cual el engaño es frecuente y que está claramente reprobado en la tradición bíblica, son muy evocativos: astucia, engaño, reticencia, rodeos, fraude, aprensión ansiosa, pávida, posesiva. Los medievales, siguiendo a la Vulgata, que traducía por "prudentia carnis" el fronema paulino (Rom 8,7), connotaban con aquel término todas las percepciones que tratan de colocar el fin en los bienes terrenos en vez de en la comunión con Dios.
Dicen que para todo nuevo comienzo, vendrá un fin. Dicen que la gente teme lo que no comprende. Dicen que el carácter se forma a través de la toma de decisiones difíciles.
Estás conduciendo tu carro en una noche de tormenta terrible. Pasas por una parada y ves a tres personas esperando al autobús:
Una alumna de un colegio faltó a clases por una semana y otra compañera empezó a decir que la primera no asistía a clases porque estaba embarazada y se estaba haciendo un aborto.
Admitir que te equivocaste.
Se cuenta una historia de una familia pobre que tenía la facultad de tomar todas las cosas por su lado positivo. Una mujer rica se interesó por ayudarlos.
Hace unos años, a un hombre en sus sesentas le fue ofrecido $200,000 dólares americanos por su motel, restaurante y gasolinera que había construido a través de toda su vida. Rechazó la oferta porque no quería jubilarse.
Después del 11 de septiembre, una compañía invitó a los miembros que quedaban de otras compañías que habían sido afectadas por el ataque de las Torres Gemelas, para compartir su espacio disponible de oficina.
El Señor nos enseña a desechar la mentira y el engaño en todas sus variantes y formas.

La veracidad consiente el dinamismo creador de la verdad en la persona y en la sociedad; la mentira interfiere en él, impidiéndolo o descomponiéndolo con sentido negativo. La mentira no representa, de ninguna manera, una posibilidad, sino una mistificación que la conciencia humana y cristiana estigmatiza y prohíbe como un mal y un vicio: "No mientas".
EFESIOS 4:25 ”Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”.
Hoy estás vivo, estás lleno de posibilidades, dones, talentos, recursos que hasta ahora no habías visto por estar quejándose o lamentándose se hacen manifiestos y solo porque decidiste cambiar tus pensamientos de mentiras por los pensamientos de verdad, soy quien la Biblia y Dios dice que soy.
Muchas de las veces cuando venimos
HAY OTRAS FORMAS DE MENTIR que están condenadas en el noveno mandamiento. Notemos esto: «Ser cristiano ocasionalmente, ser devoto de vez en cuando, es un gran falacia, una mentira viviente» (Alza tus ojos, p. 211). Cuando pretendemos ser cristianos y tratamos de engañar a la gente, estamos actuando con engaño.
Hace algún tiempo escuché una de las frases más contradictorias que jamás haya oído. Mientras estaba en un café, leyendo y preparando los últimos detalles para mi ponencia en una convención, la letra de una canción pegadiza captó mi atención.
Rosalina Tuyuc, indígena Cakchikel guatemalteca que ahora preside la Comisión Nacional de Resarcimiento y está postulada al Premio Nobel de la Paz, es una de esas vidas que acumulan experiencias que no pueden alcanzar al común de la gente.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, dos hombres fuertes compitieron por el liderazgo del gobierno de Gran Bretaña: William Gladstone y Benjamín Disraeli.
