sábado, 29 de octubre de 2011

Igualdad

Naturalmente, a partir del año 30 de nuestra era, se realiza la más formidable revolución: todos son
iguales, todos son personas, sin importar sexo, color, etcétera. Pero no hay que pasar por alto las preciosas diferencias marcadas ya de por si por la naturaleza, perfectamente definidas y acentuadas en los papeles de la vida que hay que realizar. A él, al hombre, se le dio el poder de engendrar, y de esta manera se le hizo participe de la creación, de un plan superior. A ella se le concedió la maravillosa oportunidad de contener en su seno lo más precioso sobre la tierra: un hijo.

Así existen profundas diferencias individuales que hacen la más poderosa complementariedad. Tal parece que se tuvieran que encontrar, para juntos realizar ese plan que se advierte en toda la naturaleza.

CARISMA DE LÍDER

Ella lo tiene, en ella se reúnen el líder natural, el situacional y el cognoscitivo. La mujer es contemplada por los suyos como el pilar de su hogar, de su familia, a la que hay que seguir porque es la mejor la que seduce con su sonrisa y cautiva con su ternura, la que es capaz de inundar la casa con su alegría y que con su entusiasmo motiva para lograr grandes cosas. Es ella la que con su fe enseña cómo se logra lo imposible y es una soñadora incorregible, animando a los suyos constantemente para que hagan

realidad esos sueños.

La mujer educa, y al hacerlo conduce a los suyos a su plenitud; educa, que también es alimentar el cuerpo y el espíritu, es nutrir y es cultivar. Es sembrar para que algún día esas semillas que ella ha preparado como Verdad y Bien, germinen y hagan posible esos seres de gran talla. Así, la mujer también posee visión estratégica del futuro. Al conocer a los suyos, es capaz de guiarlos a cada uno hacia su felicidad. Pero, ella, como líder situacional, como madre y esposa, sabe que una de sus principales cualidades son sus valores de actitud, los más sublimes, según Viktor Frankl.

Valores que consisten en esa capacidad última de ejercer la libertad. Ella sabe que lo que conviene es actuar de acuerdo a su rango, el más alto, y así enseñar con la vivencia la forma de enfrentar problemas y superar crisis. La frente en alto, coronada por la nobleza de ser mujer, sabedora de su magnifico papel: la primera trasmisora de valores. De ahí la frase con que empezamos: ..si quieres corromper una sociedad, un pueblo, corrompe a sus mujeres.. De ahí también el empeño de muchos en prostituir, de

cosificar y contaminar la mente y el corazón femeninos. El rescate se logra mediante la conciencia de saber que una mujer es la hacedora, la formadora de las nuevas generaciones. En ella está la responsabilidad de la conducta, las pasiones, bien o mal dirigidas, de los acuerdos, de la paz y de la

continuidad de una cultura, unas raíces y unas tradiciones.

El hogar es el seno espiritual en donde se fomentan creencias y costumbres, dice Santo Tomás. Y

reflexionando en la frase, en el concepto, advertimos perfectamente que el pilar del hogar es precisamente la mujer. Creencias y costumbres, transmitidas en toda su grandeza por la líder natural: la mujer. ¿Será entonces importante o no, saber qué papel nos ha tocado en el concierto del Universo? Hace mucho,cuando se desataba el conflicto del Golfo Pérsico, me decía un hombre genial: cómo se van a poner de acuerdo los hombres, reunidos en Suiza, en las Naciones Unidas, en el Pentágono.. ¡si no se aman! y estos hombres y estas mujeres empeñados en destruir, han sido formados en hogares, sólo que es necesario tener para dar. Y en un continuo circulo, percatarse de que se empieza a educar muchas generaciones atrás, en un marco de servicio y amor, con un espíritu de paz que significa armonía en el orden. Ella deberá ser entonces la principal líder para la PAZ.

Y para que no haya protestas, deberé también referirme a la mujer como líder social, en la empresa y en la política. A sus dotes naturales como líder, sabedora de que puede mover y hacer con la mediación

de otros, que puede aglutinar a grupos diversos, deberemos añadir sus conocimientos como profesional en las diferentes disciplinas, técnicas y oficios. Ahí, en esos ámbitos, ella puede desplegar todas sus

habilidades como hacedora, constructora; tiene la mente alerta al cambio y el privilegio de su intuición

le hace percibir lo mejor para los suyos.

Hemos visto a través de la historia, imponentes ejemplos de lo que puede ser una reina, una madre

gobierno, una santa, una sabia. Bástenos recordar a una de las hacedoras del estado de Israel, Golda Meir, de la que decia Ben Gurión: "es el mejor hombre de mi gabinete", queriendo elogiarla, sin saber que ella ya estaba consagrada por ser la madre del pueblo de su amado Estado.

Sutileza y finura en el trato terminan por configurar el perfil de la mujer como líder. Ella sabe que su Excelencia se manifiesta más que nunca en su enorme capacidad de amar y perdonar. Dulcemente podrá

influir en los demás para lograr las grandes cosas. Coincido en pensar junto con Luis Jorge González (el

mejor exponente de Programación Neurolinguilistica), en que este milenio será la del liderazgo de las

mujeres. Ojalá que sea con toda conciencia de su principal papel como esposa y madre y después (todo a su tiempo), como profesional, líder social, político, empresarial, etcétera.

Hoy que no se le cierran las puertas de ningún ámbito, hoy más que nunca, deberá la mujer percatarse de que su principal empresa es la de formadora de hombres y mujeres de Excelencia que den gloria a nuestras naciones y gloria a Dios. Colaboración de Naylé de Alicante España.

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