Crecerás cuando te decidas a cambiar interiormente y aprendas a dar frutos.
Todo ser humano es capaz de crecer interiormente cuando:
- No hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.
- Acepta la realidad y tiene aplomo de vivirla.
- Acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.
- Asimila lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
- Se supera, se valora, y sabe dar frutos.
- Abre camino dejando huellas, asimila, experiencias… ¡Y siembra raíces!.
- Se impone metas, sin importar comentarios, ni prejuicios; cuando da ejemplo sin importarle burlas, ni desdenes; cuando cumple con su labor, sin importarle los otros pareceres.
- Se es fuerte por carácter, sostenido por formación, y sensible por temperamento….! Y humano por nacimiento!.
- Enfrenta el invierno aunque pierda las hojas. Recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo.
- Es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse, con residuos de flores….! Y de encenderse con residuos de amor…!
- Ayuda a sus semejantes, se conoce a sí mismo y da a la vida más de lo que recibe.
- Se planta para no retroceder… Cuando se defiende como águila para no dejar de volar….! Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.
Entonces… ¡Uno crece!
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