Creo que todos nos hemos equivocado en más de alguna vez en tomar una decisión que como consecuencias nos trajo momentos de dolor, de lamentación y de repetirnos una y otra vez: ¿Por qué lo hice?
Y es que en la vida hay decisiones que de equivocarnos duelen, y duelen mucho. Las malas decisiones siempre nos traerán malos resultados. Es obvio que nosotros no tomamos decisiones esperando equivocarnos, casi estoy seguro que la mayoría tomamos decisiones esperando que nos vaya muy bien, pero a veces tomamos decisiones orientadas por la emoción, decisiones que no pensamos, no analizamos, no reflexionamos, sino que simplemente tomamos, creyendo en ese mismo instante, que lo que estamos decidiendo es lo correcto.
¡Ay como duele equivocarse!, Como duele haber tomado una decisión a la ligera, como duele haber pensado que era lo que teníamos que decidir y al ver los resultados, darnos cuenta que erramos totalmente.
Bueno, todos hemos tomado en la vida más de una mala decisión que como consecuencia nos trajo dolor o por lo menos un sentimiento de impotencia al saber que nosotros mismos fuimos los que provocamos esos resultados.
Pero tampoco podemos pasarnos la vida lamentando, llorando o reprochándonos de las decisiones que tomamos. Si bien es cierto las malas decisiones me traerán malos resultados, la vida también da nuevas oportunidades, Dios es tan lindo que a pesar de nuestras malas decisiones siempre nos da salidas espectaculares, El es Experto en transformar nuestras malas decisiones en resultados mejores.
Sé que te duele haberte equivocado, sé que te preguntas una y cien veces, ¿Cómo fue que llegaste a este punto?, sé lo que se siente, yo mismo lo he experimentado. Pero también a través de la experiencia me he dado cuenta que a pesar de todo Dios siempre tiene cuidado de nosotros, siempre está allí para hacernos reflexionar sobre lo malo que hicimos y para darnos nuevas oportunidades.
El rey David experimento esto mismo, su mala decisión de tomar la mujer de su prójimo, embarazarla y luego al no tener otra opción mandar a matar a su soldado fiel, esposo de la mujer que él había tomado, le trajo resultados desastrosos.
Obviamente los resultados fueron muy dolorosos para David, como el hecho de haber perdido al hijo que la mujer Betsabé llevaba en su vientre, como el hecho de que su familia iba a pagar por sus acciones, era duro, de hecho fue duro para el rey David, pero aun en medio de todo eso, Dios le dio una nueva oportunidad, lo perdono y llego a ser llamado: “Un hombre conforme al corazón de Dios”.
Y es que así es Dios, si bien es cierto muchas de las consecuencias de nuestras decisiones la tendremos que afrontar, El siempre está dispuesto a echarnos una mano, a darnos la fortaleza necesaria para afrontar cualquier situación y sobre todo para darnos una nueva oportunidad para que lleguemos a ser conforme a su corazón.
Hoy Dios quiere que dejes de lamentarte por esas malas decisiones que tomaste, ya no te sigas echando mas la culpa, El quiere perdonarte, sanar las heridas que hay en tu corazón y sobre todo quiere darte una nueva oportunidad para comenzar de nuevo, lo hecho, hecho está, ahora hay que ver hacia adelante, dejando a un lado todo aquello que te esta estorbando.
Hoy es un hermoso día para recibir el perdón de Dios y para que te perdones a ti mismo, porque El ya te ha perdonado y estoy seguro que anhela usarte. Esa mala experiencia que te ha tocado vivir te servirá de testimonio para muchas personas.
Sí, estoy seguro que te equivocaste y te duele mucho haberte equivocado, pero Dios es Experto en Sanar toda clase de dolor, ¿Por qué no te rindes a Él y aceptas su perdón y ayuda?, ¡Vamos!, no sigas mas creyendo que todo está perdido, solo deja actuar a Dios y veras como todo cambia.
Seguramente Duele, pero Dios esta acá para sanar todo dolor.
¡ACEPTA HOY SU AYUDA!
Tú me dijiste:
“Yo te voy a instruir;
te voy a enseñar
cómo debes portarte.
Voy a darte buenos consejos
y a cuidar siempre de ti.”
Salmos 32:8
Autor: Enrique Monterroza
http://www.enriquemonterroza.com/
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