Esta mañana mientras aun estaba en mi cama escuche una alabanza la cual tenía años de no escuchar y fue entonces que me remonte a mis inicios en el Señor.
Era el año de 1998 cuando le entregue mi vida a Cristo y todo cambio. Era un joven soltero, aun recuerdo que en mi habitación al lado de mi cama tenía una grabadora y todos los días antes de dormir y mientras dormía escuchaba un cassette de Danny Berrios, era mi cassette preferido, me aprendí cada alabanza y realmente esas alabanzas bendecían mi vida de una forma muy especial.
Hoy al escuchar una de esas alabanzas me recordé como lo hacia todos los días hace más de una década, entonces al estar en mi oficina, busque esa alabanza en Youtube y me puse a escucharla.
Mientras la escuchaba algo dentro de mi me toco de una forma única, mientras la escuchaba y reflexionaba en la letra, me daba cuenta de ¡Que grandes verdades encierra esa linda, hermosa alabanza!
¿Sabes?, No sé qué haría yo sin el Señor, Dios es mi vida, es mi todo, es la razón por la que cada día me levanto y por la cual cada día trato de mejorar muchas áreas de mi vida.
Hoy quiero dedicarle unas Palabras a mi Señor:
“Dios mío, no sé qué haría yo sin ti, gracias por cada día que pasa, gracias porque tu misericordia y gracia para mi vida es inmensa, porque aunque no merezco tus bendiciones tú tienes a bien dármelas. Perdona mis rebeldías, perdona mis momentos de duda y temor, perdóname por todas las veces que me ha faltado fe para creerte. Mas este día reconozco que tu eres mi TODO, que sin ti no puedo vivir, que tu le das aliento a mi vida, que lo que he logrado hasta el día de hoy es solo por tu misericordia hacia mi vida. Quizá no sea el mejor cristiano mi Señor, quizá no sea tu mejor hijo, pero si examinas mi corazón te darás cuenta lo mucho que te amo y lo mucho que me interesa agradarte, aun cuando muchas veces quizá no lo logre. Yo no cambiaría nada por ti, un día me llamaste, me perdonaste, me restauraste y me pusiste en un lugar cual yo nunca imagine, has hecho todo en mi vida, me has dado todo lo que tengo, me has dado una familia hermosa, un ministerio precioso, simplemente quisiera escribir las palabras más lindas jamás escritas para agradecerte todo lo que has hecho, pero por más que intento escribirlas no puedo describir ese agradecimiento que te tengo. Quiero cada día vivir para ti, quiero cada día esforzarme para agradarte, quiero que cada día tú seas el Centro que gobierne mi vida y por el cual yo me guie. ¿Sabes mi Señor?, No sé qué haría yo sin ti, no sé donde estuviera hoy, por lo cual solo puedo decirte: Gracias, mil gracias, gracias porque me has amado y porque siempre estas pendiente de mis necesidades, gracias Padre Celestial, gracias mi Dios, en el Poderoso Nombre de Jesús, Amen”.
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