miércoles, 25 de febrero de 2015

Frases - Santa Gema Galgani


“La Comunión se trata de juntar dos extremos: Dios, que lo es todo, y la criatura, que es nada; Dios, que es luz, y la criatura, que es tiniebla; Dios, que es la santidad, y la criatura, que es el pecado. Trátase de sentarse a la mesa del Señor, ¿y puede haber para ello preparación suficiente?”

“Entiendo que no me has dado riquezas terrenas y perecederas, pero me has dado la verdadera riqueza que es el manjar eucarístico. ¿Qué mereciera yo si no consagrase todas mis ternuras a la sagrada hostia? ¡Oh!, sí; lo comprendo, Señor; para obligarme a merecer el Cielo, me lo das ya adelantado en la Tierra.”

“Jesús, ya que has venido, vuelvo a suplicarte por mi pecador. Es hijo tuyo y hermano mío, sálvalo, Señor”…. El Señor, queriendo obrar como justo juez, se oponía a las recomendaciones de su sierva; pero ésta, sin desanimarse, le decía: “¿Por qué no me escuchas hoy? ¡Has hecho tanto por un alma sola!.. ¿Y no quieres salvar ésta? ¡Sálvala, Jesús, sálvala…! Está bien; pero Jesús, no hables así.. La palabra ‘abandono’ en tu boca, siendo como eres la misma misericordia, suena tan mal, que no debes decirla. Derramaste tu sangre sin medida por los pecadores, ¿y quieres ahora medir la cantidad de nuestros pecados?” El Señor, a fin de mostrar a su sierva los poderosísimos motivos que tenía para resistir, le manifestó una por una y con sus menores detalles las culpas de aquel pecador… “Lo sé, Jesús, lo sé. Muchas son sus faltas, pero más he cometido yo y me perdonaste. Sí, lo confieso, no merezco que me escuches. Pero te voy a presentar otra intercesora por mi pecador. Es tu misma Madre quien ruega por él. ¿Dirás ahora que no a tu Mamá? A Ella no le puedes decir que no. Ya puedes contestar que has perdonado a mi pecador.”… “Está salvado, está salvado, Jesús, venciste. Triunfa, triunfa siempre y triunfa así”.

“Jesús, te recomiendo mi mayor enemigo, mi mayor adversario. Guíalo, acompáñalo, y si tu mano debe descargar sobre él, descárgala sobre mí. Cólmale, Jesús, de bienes, no le abandones, consuélale. ¿Qué importa que a mí me abandones en mis dolores? Pero a él no; te lo recomiendo ahora y para siempre. Cólmalo de bienes; el doble de todo el mal que deseó hacerme. Y para mostrarte que le amo, mañana aplicaré por él la comunión. Acaso él pensará y deseará hacerme mal; en cambio, nosotros le deseamos mucho bien.”

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