viernes, 30 de enero de 2009

Te entrego lo que me preocupa, Señor

Señor, Tú sabes que tengo problemas, grandes o pequeños, pero me preocupan, y sé que no puedo descansar bien a causa de las perturbaciones de mi corazón.

Tengo un desaliento y me siento preocupado, porque temo no encontrar una salida en el camino de mi vida, y a veces me acuesto y me duermo con tristeza o con una mala cara.

Por eso quiero derramar en Tu Presencia todas mis inquietudes. Porque sé que, si quiero resolverlo todo con mi mente y mis cálculos, no podré encontrar una salida y siempre estaré inquieto, nunca podré tener todo previsto, todo calculado, porque la vida siempre se nos escapa de nuestras manos. Cuando quiero tener todo bajo control, salgo de un problema y aparece uno nuevo.

Y Tú conoces, Señor, mi tristeza de esta noche. Tú sabes lo que me está quitando la alegría y el entusiasmo. Te lo entrego, Señor, lo dejo en Tus Divinas Manos, porque quiero dormir en Tu gozo y levantarme mañana con ganas de vivir.

Coloca en mi corazón una nueva esperanza en medio del sueño, para que mañana me levante con entusiasmo.

Dame la gracia de aceptar la nueva aventura de cada día.

Te entrego lo que no puedo ser, Señor, lo que me ha molestado, lo que me ha entristecido en el día de hoy. Tómalo, Señor, y no dejes que la tristeza penetre en mi alma. Amén.
http://es.catholic.net/aprendeaorar/688/2092/articulo.php?id=38315

No hay comentarios: